El manual de operaciones liberal. Por Grondona



La gente del centro de diagnóstico y analisis para la planificación estratégica de Rosario elaboró un documento titulado El proyecto estratégico de país y de la región que plantea el órgano estratégico del liberalismo con asiento en la argentina”.El órgano estratégico no es otro que el diario La Nación.

Este trabajo recupera distintas editoriales del Dr. Mariano Grondona, desde los cuales el diario plantea la estrategia general para derrotar al Kirchnerismo. Veamos algunas muy interesantes que separé en cuatro ejes:

  1. Estrategia General.

En la editorial del domingo 23 de noviembre de 2008 titulada ¿Qué es Kirchner, un líder o un dictador?, Grondona caracteriza al “régimen Kirchner” como una “intradictadura” y propone la estratgia general para “recuperar la democracia”:

La escisión del bloque oficialista de la Cámara de Diputados marca la primera grieta del kirchnerismo. Después de su espectacular derrota frente al campo en el Senado, Kirchner se dedicó a restablecer la disciplina entre los que no lo votaron en esa ocasión y, con la ayuda de la "caja", consiguió parcialmente su intento en casos como los de Schiaretti en Córdoba, y tanto del peronista Reutemann como del socialista Binner en Santa Fe. Al frente de un puñado de diputados peronistas no kirchneristas, sin embargo, Felipe Solá resistió la contraofensiva del ex presidente. Solá y los suyos podrían sumarse a otros líderes peronistas como el gobernador Alberto Rodríguez Saá, el senador Juan Carlos Romero, el diputado Francisco de Narváez y el ex presidente Duhalde. De este modo, se conformó lo que ha dado en llamarse "la pata peronista" de una amplia convergencia opositora que además promete crecer con la reconciliación interna que procura el radicalismo al convocar a antiguos disidentes como Elisa Carrió, Ricardo López Murphy y el vicepresidente Julio Cobos. Dentro y fuera del peronismo, pues, la oposición a Kirchner está despegando.

Pero la rebelión de Solá es importante no sólo como un "hecho" que marca el debilitamiento del kirchnerismo sólo once meses antes de las elecciones cruciales de 2009, sino también por los "dichos" que la acompañaron. Al anunciarla, en efecto, el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires señaló que "detrás de nuestra ruptura hay una concepción política. Dos o tres personas deciden todo sin consultar a nadie. Hay un cesarismo gobernante. O se vota todo o se es un traidor. Según como se ande con el Gobierno, la plata viene o no. Me parece que el primer gobierno del kirchnerismo fue muy bueno, pero una cosa es el estilo político y otra muy distinta es el unicato, el cesarismo".

Estas severas palabras llevan a plantear una pregunta insoslayable: ¿cómo definiremos el poder de Néstor Kirchner? ¿Nos hallamos ante un liderazgo fuerte, en última instancia compatible con la democracia, o ante una incipiente dictadura?

Kirchner no fue ni es un gobernante democrático. Pero tampoco es fácil encuadrar a Kirchner en los ejemplos clásicos de la tiranía. Debe anotarse que el inmenso poder "indirecto" del que goza Kirchner a través de su mujer, los gobernadores y los legisladores que le obedecen tiene un origen electoral y sólo podría ser inhibido por otra elección adversa, recién a partir de 2009. Si esta elección adversa se concretara de aquí a once meses, sólo entonces un Congreso eventualmente antikirchnerista podría someter a la señora de Kirchner a juicio político por no exhibir independencia respecto de las órdenes de su marido, discurriendo en tal caso el poder legítimo en dirección de Cobos.

Mientras quede pendiente la posibilidad de una elección limpia en 2009, por lo dicho, subsiste entre nosotros una "democracia mínima". Diríamos entonces que el régimen de Kirchner es lo que podríamos llamar una intradictadura , esto es, el desarrollo de un poder dictatorial sobre sus propios colaboradores "dentro" y no "fuera" de las instituciones democráticas, a la manera del unicato. Pero esta última línea de defensa de la legitimidad de su poder quedaría desarticulada en el mismo momento en que en 2009 o después cundiera el fraude; en tal caso se destruiría la base irrenunciable de la democracia, que no es otra que la voluntad soberana de los ciudadanos.

  1. Las prioridades para 2009.

Un mes después, el Domingo 28 de diciembre de 2008, Grondona desarrolla las prioridades para el 2009 y el rol opocitor en el nuevo escenario en: “Los tres desafíos del año que viene”, escribe:

EL año que viene será crucial para los argentinos por tres razones. La primera de ellas es económica. La segunda es política . La tercera es institucional.

El desafío económico que enfrentaremos se desdobla como en un movimiento de pinzas, porque habrá que seguir en el curso del año la evolución de la crisis financiera internacional, que por supuesto nos afectará, y verificar además cómo responde ante ella nuestro gobierno. En cuanto al desafío político, quizás el más urgente de los tres, irá al compás de un crescendo que culminará en las elecciones de octubre porque, según sea su desenlace, para entonces sabremos cuánto poder, mucho o poco, les quedará a los Kirchner de ahí en adelante. Pero, gane o pierda la oposición en octubre, el tercer desafío le concierne directamente a ella porque en el año que comienza empezará a demostrarles a los argentinos si es capaz de concebir un futuro sin los Kirchner, un futuro "poskirchnerista", que lleve en sus entrañas un nuevo país republicano y democrático en curso hacia una larga etapa de estabilidad política y de progreso económico y social como el que estamos esperando desde 1983, desde el advenimiento de la democracia, en dirección del pleno desarrollo de nuestras formidables posibilidades, para ponernos en línea con el éxito que ya han conseguido países europeos como España y que están consiguiendo países latinoamericanos como Brasil, Chile y Uruguay. Este desafío es el más importante de los tres que hemos mencionado porque ya no será económico o político sino "institucional". Es sólo si responde a este tercer desafío que la Argentina volverá a la historia grande de la que estuvo ausente entre 1930 y hoy.

Pero 2009 será también un desafío político porque en su transcurso el Gobierno retendrá o perderá el Congreso. Si gana las elecciones parlamentarias de octubre y retiene como consecuencia su mayoría parlamentaria, tendremos todavía dos años más de "superpoderes", de Consejo de la Magistratura, de blanqueos para los amigos, de dependencia de los gobernadores de lo que quede de la "caja" y de impunidad para la corrupción. Si las pierde, en cambio, se abrirán dos escenarios. Si tanto el Gobierno como la oposición se condujeran con moderación, podría concebirse todavía lo que los anglosajones llaman un soft landing , un "aterrizaje suave" como el que está teniendo el propio Bush, un viaje sin grandes incidentes hacia el inevitable recambio presidencial de 2011.

Si los Kirchner intentaran empero contradecir la voluntad popular adversa expresada en las urnas, podrían volver tiempos agitados para los argentinos. Una de sus posibilidades sería lo que los anglosajones llaman un crash landing, un "aterrizaje forzoso", que esperemos que no termine como el del presidente De la Rúa, con la diferencia de que la Argentina contaría en esa emergencia con el vicepresidente que no tuvo en 2001.

Una situación límite a la que ningún argentino de bien querría llegar se daría si, para evitar todo aterrizaje, duro o blando, el Gobierno consintiera en expandir un mal que no ha dejado de acecharnos: el incomparable mal del fraude. Esto es lo que entre todos deberíamos evitar si es que nuestro sistema ha de seguir siendo una democracia.

Hasta aquí hemos hablado del Gobierno. Al lado del deber de contenerlo, de limitarlo, la oposición afronta otra responsabilidad mayúscula: concebir y ejecutar el proyecto de

la Argentina poskirchnerista, esto es, refundar una auténtica república democrática. Sólo así volveríamos a ser lo que fuimos entre 1853 y 1930: un país en alza en el concierto de las naciones. Este es el deber mayor de los opositores: no sólo contener y eventualmente derrotar en las urnas al kirchnerismo, sino trascenderlo en dirección de la democracia republicana y progresista que aún nos debemos.

  1. Hacia el Nuevo Acuerdo de San Nicolás.

El "Pacto" y los "pactos"”. Miércoles 11 de febrero de 2009.

Los partidos de la oposición están sumando fuerzas en torno de dos núcleos principales. En la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, se proyecta el triángulo Macri- Narváez- Solá. En el orden nacional, continúa el acercamiento entre la Coalición Cívica,


el radicalismo (con Cobos adentro) y el socialismo. Si el objetivo es derrotar a los Kirchner para quitarles la mayoría en el Congreso en octubre de este año y para desalojarlos del poder en las elecciones presidenciales de 2011, la doble convergencia opositora de la que estamos tomando nota es necesaria pero insuficiante.

Si se mantiene la relación actual según las encuestas que le dan al kirchnerismo un 30 por ciento de los votos contra un 70 por ciento de la oposición, el problema de este año va a ser que esta relación pueda ser leída por los argentinos el lunes siguiente al comicio de manera tal que no queden dudas de que los Kirchner han sido vencidos. Para que la lectura de las cifras sea evidente, hará falta no sólo que la suma de las oposiciones confirme aquella relación de 70 a 30, sino también que al menos una de las formaciones opositoras sobrepase individualmente al kirchnerismo para que éste no pueda alegar que, pese a su derrota global, continúa siendo la "primera minoría".

Si fuera sólo "global", si no incluyera además una primera minoría no kirchnerista, la victoria opositora de octubre podría ser, digamos, "psicológicamente" insuficiente. Pero hay una segunda insuficiencia contra la cual los opositores deben precaverse, a saber, que su conjunción no tendría que limitarse a una suma de pequeños "pactos" electorales sino que debiera apuntar además al gran "Pacto" fundacional de una nueva república, como fueron el Acuerdo de San Nicolás que siguió a la derrota de Rosas en Caseros, en 1852, y los Pactos de la Moncloa que se firmaron en España a dos años de la muerte de Franco, en 1977.

Es que, si la Argentina va cambiar de veras de 2011 en adelante, necesita un Pacto que reúna, en principio, dos condiciones. Primero, como los dos pactos mencionados, debe ser "unánime". Así como del Acuerdo de San Nicolás, una vez que se sumó Buenos Aires, nadie quedó afuera ni siquiera los rosistas salvo el círculo íntimo de Rosas, y así como en la Moncloa coincidieron todos los partidos españoles incluído el Comunista, el nuevo pacto de los argentinos tendría que abarcar hasta a los kirchneristas, salvo el círculo íntimo de los Kirchner.

La segunda condición es que el nuevo Pacto debiera contener lo principios esenciales de la nueva república democrática que los argentinos queremos fundar. Lograrlo exigirá una ardua tarea pero, si no la realizáramos, la misión histórica del poskirchnerismo quedaría incompleta5.

La alianza que acaban de anunciar Mauricio Macri, Francisco de Narváez y Felipe Solá completa el esquema de la oposición. Si se tiene en cuenta que también se consolida la alianza entre la Coalición Cívica de Elisa Carrió, el radicalismo probablemente sumado a Julio Cobos y el socialismo de Hermes Binner, podría decirse que la oposición que enfrentará al kirchnerismo en las elecciones de octubre próximo tiende a concentrarse en torno de dos ejes principales, uno de ellos (Carrió, radicales y socialistas) de centroizquierda y el otro (Pro y peronistas disidentes) corrido más hacia el centro de nuestra geografía política.

Los dos frentes opositores que se están formando, empero, son territorialmente heterogéneos. Podría decirse en este sentido que, en tanto que la coalición de centroizquierda aspira a tener un alcance nacional, la coalición de centro se concentra por ahora en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, pero nada obsta para que el peronismo disidente del interior se sume finalmente a ella, también con la intención de cubrir el territorio nacional.

Pero, así como las dos formaciones opositoras son doctrinariamente vecinas, ya que ambas sostienen los principios de la república democrática, la formación oficialista es centralista y vertical porque sólo obedece a la voluntad de un hombre.

  1. La batalla final. Octubre.

Para Grondona las elecciones de octubre definen mucho más que la composición del parlamento, lo que está verdaderamente en juego son dos países posibles, dos “sistemas de vida política”.

Los dos triángulos y la pirámide”. Domingo 15 de febrero de 2009. Veamos:

Dos países posibles

Las democracias avanzadas de nuestro tiempo presentan una estructura bipartidaria en virtud de la cual compiten dos fuerzas políticas principales de alcance equivalente, ambas doctrinariamente republicanas y democráticas, turnándose en el poder según oscile el humor de los votantes. Esto es válido no sólo para los demócratas y los republicanos norteamericanos, los populares y los socialistas españoles, los laboristas y los conservadores británicos, la Concertación Democrática y la derecha chilena, los continuadores de Lula y de Cardoso en Brasil y los nacionales o blancos y el Frente Amplio uruguayos, sino también prácticamente para todas las democracias republicanas de nuestro tiempo. En ninguno de estos sistemas políticos militan con alguna posibilidad de éxito los unicatos sometidos a un líder pretencioso de reelecciones sin término. Para encontrar regímenes políticos similares al kirchnerismo, habría que incluir entonces al populismo autoritario de Chávez en Venezuela, de Correa en Ecuador y de Morales en Bolivia.

Lo cual quiere decir que, en octubre, no competirán entre nosotros simplemente tres formaciones políticas doctrinariamente equivalentes, sino dos opuestos sistemas de vida política . Esto confiere especial dramatismo a nuestra próxima contienda electoral. Si ganan los triángulos de centro y de centroizquierda, la Argentina empezará a encolumnarse en dirección de las democracias "normales" de nuestro tiempo. Si en cambio prevalece la pirámide kirchnerista, el país oscilará en dirección del desvío antidemocrático que hoy impera en una subregión latinoamericana. Lo que estará en juego en octubre, por lo tanto, no será la mera confirmación o la mera declinación de un líder o de un partido en el fondo similar a sus competidores, sino el destino mismo de la democracia.

A continuación, y en el mismo artículo, Grondona explica el modo correcto de analizar los resultados de la elección:

¿Qué significa "ganar"?

[…..] la respuesta a esta pregunta no va a ser fácil. Supongamos, para tomar un ejemplo, que en octubre la "pirámide" obtenga algo más del 30 por ciento de los votos mientras cada uno de los triángulos que la enfrentan obtiene algo menos del 30 por ciento. En tal caso, ¿quién se dirá que ha ganado? La oposición dirá con cierta razón que cerca del 60 por ciento de los opositores es más que algo más del 30 por ciento del Gobierno. Pero el Gobierno lanzará su formidable maquinaria de propaganda para sostener que,

desde el momento en que ha llegado primero, desde el momento en que ha demostrado ser la primera minoría, el kirchnerismo es el que ha triunfado.

El objetivo institucional de las elecciones de octubre será, por otra parte, llenar las bancas que queden vacantes del Congreso. Otra manera de juzgar quién ganó y quién perdió la contienda será preguntarse entonces cómo queda la actual mayoría abrumadora del kirchnerismo en el Congreso. Si la nueva suma de las bancas le da ventaja a la oposición, aunque sea mínima, el kirchnerismo habrá perdido el control del Congreso. Y esto equivaldría para él a una catástrofe, porque ¿cómo haría para gobernar de ahí en adelante sin "superpoderes" y sin Consejo de la Magistratura, cómo lo haría sin manipular a su antojo las votaciones parlamentarias? Si aun con aquella abrumadora mayoría el kirchnerismo fue derrotado en el Congreso por el campo en 2008, ¿qué podría pasarle si quedara en minoría?

En tales circunstancias, dos observaciones son pertinentes. La primera es que, siendo la rigidez un rasgo central de la personalidad de Kirchner, se vuelve difícil imaginarlo "flexible", "negociador", en esa nueva etapa. La segunda, que si bien los participantes de ambos triángulos competirán entre ellos en octubre, su manifiesta cordialidad recíproca permite anticipar que no les sería difícil formar mayorías parlamentarias. El signo para determinar quiénes han ganado en octubre podría ser, por ello, quienes quedarán en posesión del Congreso, un Congreso cuyo máximo magistrado es, más allá de los desprecios presidenciales que recibe de continuo, nada menos que el vicepresidente Cobos, una "reserva institucional" para tiempos de crisis con la que no contó en su momento el presidente De la Rúa, debido a lo que ahora se ve claramente como la falta de visión institucional que afectó en su momento al vicepresidente Alvarez.

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Jauretche decía que no leer La Nación era asimilable a estar en una batalla, encontrar el parte de guerra del enemigo y dejarlo a un lado.

¿Y el nuestro? Me parece que se está dibujando por acá y por acá.


Se viene la reunión

Ante una nueva reunión del gobierno con el sector agropecuario, lo único que tenemos para decir, como para que no nos olvidemos, es que.. (redoblantes).... no son lo mismo.
Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Uno hace rutas, el otro las corta.
Uno quiere reducir la pobreza, al otro no le importa un carajo.
De un lado (de pie) el Estado, y del otro, un sector productivo de la sociedad argentina. En este caso (chiflidos) el sector agropecuario.
No empecemos a ponerlos en pie de igualdad.
Y cuidado muchachos, que a veces ¡¡el equilibrio del mundo depende de cada pavada!!



Clarín no es, pero.....

La foto de abajo salió hoy en Clarín. El pié de foto reza: CONSIGNAS. PRODUCTORES EN EL ACTO DE LEONES, EL ULTIMO VIERNES: NO FUE MASIVO, PERO HUBO BRONCA.


Excelente síntesis del Gran Diario Argentino.
Como a nosotros nos gusta mucho esto de innovar en el periodismo escrito, le proponemos:



Clarin: Carrió se prepara para gobrenar, pero está chapa chapa.


Clarin: De Angelis defendió el rol del campo en un nuevo modelo productivo de desarrollo endógeno de cara al mundo , pero no se le entendió un carajo.



Clarin: Cristina nos tiene podridos, pero mmmmm... es mala.

Operación

Tartagal: Ningún desastre natural.




Hace un año hicimos un informe sobre la situación del bosque nativo en Córdoba (que se puede consultar acá), abajo una parte de aquel trabajo:

La opinión de todos los investigadores y docentes es unánime: la principal causa del crecimiento del desmonte en el norte de la provincia es la extensión de la frontera agropecuaria, vinculado al sector de los agronegocios. La suba internacional del precio de la tierra elevó también el costo de las zonas tradicionalmente agrícolas. La primera reacción de los productores ante eso fue buscar tierras nuevas en zonas marginales, para incorporarlas a la agricultura -principalmente a la siembra de soja- y a la ganadería extensiva.

Pero muchas de esas tierras eran inadecuadas para esas producciones. Entonces, ¿qué fue lo que pasó?, ¿qué hizo posible la extensión de esta frontera hacia el norte provincial? En primer lugar el precio, pues allí las tierras valían hasta 10 veces menos que en las zonas del centro y sur. Pero esa expansión también fue posible -y aún sigue siéndolo- porque coincidió con un ciclo húmedo mediante el cual el norte de Córdoba pasó de un promedio de lluvias de 650 mm. anuales en la década del '50 a casi 800 mm. anuales en la del '90. Según Marcelo Zak, "todo indica que ese ciclo húmedo en algún momento va a acabarse y las lluvias van a volver a sus valores históricos. Cuando eso pase, lo más probable es que esos campos tengan que abandonarse por ser inviables para esa producción y como fueron desmontados se transformarían en desiertos".

Otros elementos importantes fueron la aparición de tecnologías como la siembra directa, -que casi no necesita remover el suelo- y la implantación desde 1996/97 de la soja transgénica, que es resistente a mayores temperaturas y, sobre todo, al glifosato, un herbicida total. La semilla y el glifosato fueron introducidas por la multinacional Monsanto, que vendía el paquete completo. Las ventas de glifosato aumentaron en el país un 2300% en 6 años: pasaron de 1,3 millones de litros en 1991 a 30 millones en 1997 y la producción de soja pasó, por ejemplo, de 6 mil hectáreas en 1957/58 a 150 mil hectáreas en 1999/2000 en los departamentos investigados en el estudio de Zak y Cabido.

El golpe de gracia provino del otro lado del mundo. El crecimiento de la economía china produjo el aumento del ingreso per cápita de sus habitantes y, con ello, una mejora en sus opciones alimenticias. Los chinos comenzaron a comer más carne de cerdo, que son alimentados con soja, en buena parte importada de nuestro país. Eso ya elevó el precio de esa oleaginosa, pero la devaluación de nuestra moneda en 2002 hizo más jugoso el negocio, porque los ingresos en dólares se triplicaron, mientras cayeron los costos internos.

Entonces: tierras más baratas, aumento de lluvias, una tecnología que disminuyó el esfuerzo y la mano de obra necesaria, más un mercado con demanda creciente y precios elevados. Lo único que se interponía -y se interpone- en ese negocio es el bosque nativo. Esto es lo que Marcelo Zak llama "un complot contra el bosque". Un complot, por supuesto, que tiene algo de fatalidad, pero también mucho de causalidad humana contante y sonante.

Para los investigadores, la otra gran causa de desmonte es más bien subsidiaria de la primera. La extensión de la frontera agrícola demanda la mayor cantidad de tierras posibles y esto provoca también un corrimiento de la actividad ganadera vacuna extensiva hacia zonas marginales hasta ese momento a esa actividad.

Sobre los precios y los costos

Dada la magnitud del problema, en Córdoba ya no se trata de estimar predictivamente las consecuencias del desmonte, sino de medirlas en términos concretos.

Toda la región norte de nuestra provincia alberga ecosistemas muy frágiles que se han consolidado por la interacción de muchas especies a través de miles de años. En términos ambientales, el desmonte provoca la modificación drástica de esas condiciones: una pérdida de su hábitat natural para muchas especies animales y vegetales y un consecuente menoscabo de biodiversidad para el hombre. A su vez los suelos quedan desprotegidos contra la erosión hídrica y eólica, lo que le va provocando la disminución de nutrientes hasta llegar a la desertificación completa.

La idea del quebranto del hábitat no deja de parecer algo lejano sobre lo que es difícil tomar real magnitud. Pero ya ha tenido consecuencias bien concretas en nuestra provincia: la invasión de langostas quebracheras que ocurrió a fines de 2006 en Quilino se devoró 110 mil hectáreas. Situaciones similares se vivieron en Santiago del Estero y Chaco. Es lo que se podría denominar una respuesta contundente. ¿Qué tienen que ver las langostas con el desmonte? Los investigadores indican que una de las principales causas fue la devastación del quebracho (su principal alimento), ante lo cual avanzaron sobre lo que encontraron. Algo similar está pasando en Villa Las Rosas, donde las serpientes desplazadas y arrastradas por el desmonte están ocupando la zona urbana.

Otras consecuencias ambientales importantes están vinculadas al agua, en algunos casos por abundancia y en otros por ausencia. En primer término porque los bosques frenan, retienen y absorben el agua de las lluvias. Cuando se desmontan zonas serranas, se producen inundaciones como la que arrasó el año pasado a Tartagal (Salta).

Por otro lado se produce un efecto contrario: el desmonte en las cuencas acuíferas dificulta la retención y absorción que realizan los bosques, y eso perjudica a los ríos que luego nos proveen de agua potable. Pero, como advierte Cabido, "el desmonte se puede ver, pero uno de los problemas más grave está más abajo y no se ve". Ocurre que cuando los bosques son sustituidos por cultivos transgénicos que requieren grandes cantidades de herbicidas, esos agroquímicos pueden empezar a contaminar el agua que consumimos, a través de la acción de arrastre de las lluvias y la filtración a las napas subterráneas. En ese sentido, el biólogo Federico Kopta, presidente de la Fundación ACUDE y coordinador del Foro Ambiental Córdoba, señaló que de los 276 plaguicidas autorizados por el SENASA y usados en el país, sólo dos son controlados en el agua potable, además de otros ocho que ya están prohibidos. "Pero para lo que realmente se usa, no hay norma ni control", indica.

Fuentes:
La producción fue realizada sobre la base de la investigación "Zak, M., Cabido, M., Cáceres, D. and Díaz, S. What drives accelerated land cover change in central Argentina? Environmental Management. En prensa." y en base a entrevistas a los biólogo Marcelo Zak, Marcelo Cabido, Fernando Barri y Marcela Tamburini y a los ingenieros Alejandro García Astrada, Alicia Barchuk, Marcelo Cantarero y Gerardo Bergamín, todos docentes y/o investigadores de la UNC. Además se consultó al biólogo Federico Kopta, miembro de la Fundación ACUDE y el Foro Ambiental Córdoba, y a integrantes de las organizaciones del Movimiento Campesino de Córdoba.

Las 7 (mil) diferencias de La Nación

Cliqui en las imágenes para agrandar.

Soja, cacerola y Tartagal que se joda


Un mar de gente



Un desierto verde



una cagada

un golazo la soja para las economías regionales

Pedro Brieger te canta la posta


En ahora dicen nos veníamos haciendo los boludos con los debates alrededor de la invasión a la franja de Gaza. En parte porque ya nos parece medio perverso que una invasión a un país indefenso que causa más de 1000 muertos, en su gran mayoría civiles, genere un debate sobre si está bien o está mal. Pero bueno, por suerte está Brieger y su excelente blog, para cantarnos la posta sobre razones y verdades.


La Guerra no es por Gaza. Pedro Brieger


Desde el comienzo de los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza y su posterior invasión se han brindado numerosas explicaciones para comprender porqué el Estado de Israel lanzó una ofensiva militar a fines de diciembre. Probablemente existan múltiples motivos. Por un lado, se puede señalar los aspectos que hacen a la geopolítica internacional que van desde el fin de la “era Bush” y su lucha contra “el terror” que encontró a los últimos gobiernos israelíes en su principal aliado, hasta la inminente llegada de Barack Obama a la presidencia y la pregunta de lo que hará al frente de la primera potencia mundial. Por el otro, las elecciones de febrero en el Estado de Israel con el ministro de defensa Ehud Barak y la canciller Tzipi Livni formando parte de un mismo gobierno pero compitiendo entre ellos por el cargo de primer ministro, y la necesidad de desarticular al Movimiento de Resistencia Islámico (HAMAS) que en los últimos años no dejó de lanzar cohetes sobre territorio israelí.Sin embargo, la actual guerra -presentada como “el Estado de Israel vs HAMAS”- es un eslabón más del enfrentamiento entre el Estado de Israel y el pueblo palestino en su conjunto. Esta no es una guerra entre un Estado y una organización “terrorista” sin apoyo popular que se ha atrincherado en la diminuta Franja de Gaza con el objetivo de destruir al Estado de Israel. Conociendo la disparidad de fuerzas hasta suena ridículo plantearlo. La disparidad es tan obvia y abismal que el periodista israelí Gideon Levy definió la invasión como “Guerra de lujo”, por la incapacidad de los palestinos de responder al fuego de aviones, buques de guerra y tanquesDe la misma manera, en el pasado no había una guerra entre Israel y la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), también calificada en su momento como terrorista hasta que se sentaron a negociar con ellos. Los motivos originales del conflicto, esto es, la expulsión de la población palestina de su tierra y el nacimiento del Estado de Israel, son todavía una espina atragantada. Sin embargo, tanto para la OLP como para HAMAS ya hace muchos años que la cuestión central es la continuidad de la ocupación de Cisjordania y Gaza que ya se prolonga por más de cuarenta años. Pero la palabra ocupación no existe en el lenguaje oficial del gobierno israelí, ni en el sentimiento de la mayoría de la población. Para los israelíes esta guerra sería otra prueba del odio eterno de los árabes/palestinos/musulmanes (y de gran parte del mundo) hacia todos los judíos. Trazando una línea de continuidad maniquea el odio de los palestinos sería la prolongación de aquel que culminó en el holocausto nazi. Más aún, en el discurso de los israelíes existe el intento (vano por cierto) de apropiarse del sufrimiento humano como si este fuera patrimonio de los judíos. Víctimas eternas, donde no cabe la posibilidad de haberse convertido en victimarios. De allí que se autoconvencen de estar exentos de todo tipo de responsabilidad por lo que sucede en los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza.Uno escucha los dirigentes israelíes y éstos siempre están asombrados y/o enojados cuando se les hace ver que el odio que sienten los palestinos hacia ellos tiene motivos reales y concretos. Para los israelíes la culpa de todos los males de los palestinos es pura y exclusiva responsabilidad de ellos mismos y de sus “hermanos” árabes. Son culpables de haber rechazado la partición de Palestina en 1947 y la creación del Estado de Israel en 1948. Son culpables de todo lo que pasa en Cisjordania y la Franja de Gaza por no aceptar vivir bajo ocupación y hasta son culpables de sus propias muertes cuando los aviones israelíes los bombardean. Y en otra construcción maniquea los palestinos serían siempre culpables y los israelíes siempre inocentes. Claro que una mirada menos apasionada podría preguntar desde el sentido común ¿y porqué debían haber aceptado la partición de su territorio cuando ni siquiera fueron consultados? ¿Por qué deberían resignarse a la expulsión de su tierra y abandonar el reclamo de retornar a ella si vivieron allí por siglos? ¿Por qué deberían aceptar una ocupación que se prolonga por más de cuarenta años? Lo que sucede en la Franja de Gaza hoy es parte de esta historia. Los israelíes siempre les recriminaron a los palestinos que se rebelaran en contra de la ocupación, sea de manera pacífica o de manera violenta; poco importaba la forma. La Intifada de 1987-1988 fue un levantamiento popular contra una ocupación que ya llevaba veinte años y fue conocida como “la guerra de las piedras” porque los jóvenes lanzaban piedras contra los tanques israelíes. Y aquella revuelta, y aquellos jóvenes, también recibieron el calificativo de “terrorista”. En otras palabras, para los israelíes siempre fue y es un terrorista quien se opone a la ocupación. Desde aquel que escribía un artículo en un diario contra el estado de sitio o el cierre de una universidad, o el que implora hoy para que no les arranquen sus árboles de olivo, hasta el que le dispara a un soldado. Son todos “terroristas” aunque la resolución 3070 de la Asamblea general de Naciones Unidas de noviembre de 1973 reconoce “la legitimidad de la lucha de los pueblos por librarse de la dominación colonial extranjera y de la subyugación foránea por todos los medios posibles, incluida la lucha armada.”La historia del siglo XIX y XX (aunque se podría ir mucho más atrás) enseña que toda ocupación extranjera trae resistencia y que ésta provoca mayor represión, lo que hace aún más violenta la resistencia. Este es un círculo infernal que sólo se puede comenzar a cerrar con el fin de la ocupación. Con todas sus particularidades y diferencias, la ocupación de Cisjordania y Gaza desde 1967 es una ocupación que reviste las características de una ocupación colonial. Miles fueron secuestrados, detenidos y asesinados por las Fuerzas Armadas israelíes en los veinte años anteriores al nacimiento de HAMAS y continúa aún hoy. Por esta razón el Movimiento de Resistencia Islámico representa un eslabón más en la historia de un pueblo expulsado y ocupado. Primero fue la Organización para la Liberación de Palestina, que surgió en un contexto de movimientos de liberación nacional, laicos y socialistas en Africa y Asia y fue durante muchos años el paraguas que contenía en su seno a todos los movimientos de la llamada “resistencia palestina”. Amén de las diferencias ideológicas la OLP y HAMAS tienen puntos fundacionales en común porque ambos surgieron levantando las banderas de la liberación de Palestina, entre cuyos objetivos se encontraba el retorno de los palestinos expulsados de su tierra en 1948 al nacer el Estado de Israel. Y el factor central para su desarrollo fue la imposibilidad de la OLP de liberar Palestina, de acabar con la ocupación y de pasar de la resistencia armada a la vía diplomática. Más aún, los acuerdos de Oslo firmados entre la OLP e Israel en 1993 permiten comprender mejor que nada la puja entre la OLP y HAMAS y el posterior triunfo electoral de este último en las elecciones de 2006. La OLP convenció a la mayoría de los palestinos de que los acuerdos permitirían la creación de un Estado independiente en Cisjordania y Gaza con Jerusalén este como capital, resignando el sueño de la liberación de toda Palestina. HAMAS se opuso. A medida que los acuerdos de paz avanzaban decrecía el apoyo a HAMAS como quedó demostrado con la participación masiva en las elecciones en 2004 a la Autoridad Nacional Palestina que HAMAS boicoteó. A su vez, a medida que la posibilidad de construir el Estado se alejaba e Israel continuaba con su política de expropiación de tierras para construir más asentamientos el apoyo a HAMAS y su lucha armada –incluyendo los atentados suicidas- se incrementaba. Todo lo que hicieron los diferentes gobiernos israelíes desde la firma de los acuerdos de Oslo para impedir la creación de un Estado palestino minó la dirigencia de la OLP y abonó directamente el crecimiento de HAMAS. La retirada israelí de Gaza en 2005 impulsada por el entonces primer ministro Ariel Sharon fue parte de esa estrategia. Contrariamente a la versión repetida hasta el cansancio por los israelíes que la retirada le daba a los palestinos la posibilidad de comenzar a construir un Estado (vale la pena recordar que la Franja de Gaza tiene unos 60 km de largo por unos 15 de ancho) su objetivo central era torpedear el proceso de paz iniciado en Oslo, al que en su momento Sharon se opuso. Dov Weisglass, uno de sus asesores en una entrevista concedida al diario Haaretz dijo que se buscaba “congelar el proceso de paz (…) y cuando se congela el proceso se previene el establecimiento de un Estado palestino, se previene una discusión sobre los refugiados (palestinos), las fronteras y Jerusalén.” Para que no quedara ningún tipo de dudas agregó “la retirada pone la cantidad necesaria de formol para que no haya proceso político con los palestinos”. En síntesis, como decía el periodista que lo entrevistó, el gran logro del plan de Gaza fue el de congelar el proceso de paz; esto es, evitar la creación de un Estado palestino.
La evolución de HAMAS
La plataforma original de HAMAS publicada en agosto de 1988 llamaba a liberar toda Palestina y –por ende- a destruir el Estado de Israel. En esto HAMAS no difiere de los comienzos de la OLP cuando se planteaba objetivos muy similares aunque desde perspectiva laica. No obstante, de la misma manera que la OLP se fue transformando y abandonó la consigna de destruir la “entidad sionista” para plantear la construcción de un Estado independiente en Cisjordania y Gaza, HAMAS también fue cambiando. Y si en su plataforma original había un tono antisionista y antijudío, en 2001 Ahmed Yassin, su principal líder hasta su asesinato por Israel, dijo en una entrevista “no luchamos contra pueblos de otras religiones o los judíos por el hecho de ser judíos. Luchamos contra los que ocuparon nuestras tierras, tomaron nuestras propiedades, convirtieron en refugiados a nuestras familias y masacraron nuestros niños y mujeres”Ziad Abu Amr, profesor palestino de la Universidad de Bir Zeit en Cisjordania es autor del primer libro exhaustivo sobre HAMAS ("Islamic Fundamentalism in the West Bank and Gaza”, 1994). En un encuentro en 1995 nos decía que los movimientos islámicos como HAMAS lograron capitalizar la derrota de las ideologías seculares como las nacionalistas y panárabes, el socialismo árabe y el marxismo. Los programas políticos, económicos y sociales de estos sectores habían fracasado al no resolver los pro­blemas económicos y sociales de sus sociedades, el desempleo, la inflación, el analfabetismo, la movilidad social y la participa­ción popular. Ya en 1995 Abu Amr decía que HAMAS intentaba llegar a un compromiso con Israel porque eran continuadores del egipcio Hassan el Banna fundador de los Hermanos Musulmanes en Egipto. “Es el ala de un movimiento reformista –explicaba- epistemológicamente y doc­trinariamente es la continuidad de un movimiento reformista. No es un movimiento que rechaza esta sociedad o que piensa que hay que destruirla. Hassan el Banna fue al­guien que trató con los gobiernos seculares, llegó a acuerdos, forjó alianzas, negociaciones, incluso participó de procesos electorales. HAMAS funciona así, con objetivos inmediatos, intermedios y finales. Si pensaran que pueden sacar una buena tajada nego­ciando con Israel, también lo harían. Sabe que plan­tando cientos de ataques suicidas en el corazón de Tel Aviv no va a hacer desaparecer a Israel. Ellos son concientes de eso. La idea no es liberar Palestina e implantar un Estado islámico, sino presionar con sus objetivos mediatos e inmediatos que responden a un clamor legítimo respecto de lo que pasa en Jericó y Gaza y el resto de Palestina. Estas tácticas sirven para debilitar la auto­ridad de Arafat y presionar a Israel para que tenga que conversar y negociar con HAMAS, no en los términos humillantes -como ellos dicen- que lo está haciendo Arafat.” (La versión completa de la entrevista la publicamos en “¿Guerra Santa o Lucha Política?” Ed Biblos 1996)Abdel Aziz Rantisi tomó el liderazgo de HAMAS después de Yassin y al mes también fue asesinado por Israel. En 2003 decía que “lo que se necesita es el retiro de toda Gaza y Cisjordania y la posibilidad de establecer un Estado independiente”. Esto es, la propia realidad le fue imponiendo los cambios a HAMAS. Así también se presentó en las elecciones a la Autoridad Nacional Palestina en 2006 lo que implicó un tácito reconocimiento del marco general de los acuerdos de Oslo, los mismos que antes había rechazado.El autor de varios libros y trabajos académicos sobre HAMAS, Khaled Hroub, realizó un exhaustivo análisis de las transformaciones del movimiento en los últimos años a través de una minuciosa lectura de sus documentos. Hroub destaca la plataforma electoral en 2006 y su plan de gobierno una vez logrado el triunfo, al que califica como el hecho más trascendental de su historia. En las conclusiones de su trabajo titulado “El nuevo HAMAS a través de sus documentos” sostiene que este movimiento es mucho más pragmático y menos radical que en 1988, producto, entre otras cosas, de la necesidad de dar respuestas concretas a la vida cotidiana de su pueblo no ya como movimiento de oposición sino como gobierno. Pero también señalaba que para que este curso se mantuviera mucho dependería del tiempo y de su consolidación en el poder, algo que no ha sucedido.Los palestinos hoy están en uno de los momentos más difíciles de su historia. Cisjordania continúa ocupada y perdiendo día a día tierras a expensas de los asentamientos que se expanden. Basta con visitar la ciudad de Belén con un intervalo de meses para ver cómo la rodean más y más calles y barrios construidos sólo para judíos. La Autoridad Nacional Palestina es una entelequia que no gobierna nada y que parece no tener otra estrategia que tocar a las puertas de Washington con la esperanza que desde allí presionen a Israel para que éste se retire de los territorios ocupados en 1967, cuando sucede todo lo contrario. Cisjordania continúa incomunicada con Gaza que –además- ha sido reducida a escombros y nadie sabe cuánto llevará hasta que se recupere del golpe recibido ni qué lugar ocupará HAMAS. Un panorama a todas luces incierto. Parafraseando aquella frase que popularizó Bill Clinton uno podría decir “No es HAMAS, es la ocupación….”

Brote antisemita en Nablús

Distintas organizaciones de la sociedad civil se solidarizan con el gobierno de Israel tras la nueva ola antisemita que se percibe en las calles de la tranquila localidad de Nablús. Parece que este prospero poblado es un nido de terroristas que le llenan la cabeza a niños y ancianos.



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