Hay que revisar el "que te pasa Clarín"

La semana pasada tuve el placer de realizar una entrevista al equipo de investigación del Programa de Comunicación y Ciudadanía del Centro de Estudios Avanzados (CEA) sobre el proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales. Este equipo es dirigido por María Cristina Mata. Lo que está abajo es una puntita de aquella entrevista que, si todo sale bien, verá la luz en un par de semanas.

Volvemos un poco hacia el proyecto de ley, pero para seguir hablando sobre los medios. La opocición a la ley se vinculan muchas veces con una actitud del gobierno nacional de crítica hacia los medios de comunicación. ¿Cómo se puede desnaturalizar la idea de que una crítica a los medios no implica estar atacando la libertad de expresión?

M.C.M.: Eso tiene que ver con la cultura liberal de todas nuestras sociedades, no es sólo privativo de nuestro país. La comunicación masiva es uno de los sectores económico – culturales que se fue desarrollando, desde las primeras gacetas que se imprimieron hace mucho tiempo, como un sector que se atribuye para sí un derecho que es general. Toda la teorización liberal acerca de la comunicación, de la opinión pública, de la libertad de expresión, fue consolidando una clara extracción del derecho de todos hacia un sector. Y este sector en algunos países de América Latina llega hasta tener figuras como los colegios profesionales, que impiden que cualquier ciudadano se exprese.

Hay una enorme tradición liberal que hizo que se haya ido asociando el derecho individual de expresarse con un derecho sectorial, basado en la propiedad de medios y de tecnología –o sea, de capital- y en la legitimación mediante figuras corporativas, como la profesionalización. Esto no es propio solamente de nuestro país.

Ahora cuando desde algunos sectores de poder –estén expresados o no en el gobierno- se caracteriza a los medios como el principal enemigo político, personalmente considero que se comete un enorme error político, por lo que hablábamos anteriormente: porque los medios forman parte de la cultura cotidiana de la gente con un alto proceso de naturalización y entonces esa identificación de aquello que me acompaña con el enemigo no es fácilmente percibido por quien debería ser el destinatario de ese comentario.

En ese sentido, sería muy importante que frente a los medios pudiéramos tener siempre una palabra crítica pero fundada, que pudiéramos mostrar cómo manipularon un hecho, pudiéramos mostrar lo que hacen y no simplemente condenarlos, porque la condena para lo que sirve únicamente es para tensar las aguas y para que unos se pongan del lado de los medios y otros de quien los critica, pero no se puede entender lo que sucede.

La estrategia en relación a los medios debe ser otra…

M.C.M.: Si desde un lugar de poder, cualquiera sea, se advierte que los medios están construyendo un conjunto de ideas equivocadas, desestabilizadoras o engañosas y yo denuncio que hacen eso pero no muestro y construyo una alternativa de información que permita que la gente compare y saque sus conclusiones, no vamos a modificar eso. ¿Por qué le creería yo a alguien que me dice lo mismo a través de los mismos medios? Son las prácticas las que podrían cambiar.

L.C.: Agrego un apunte a lo que decía Marita sobre este papel de los medios en las democracias liberales. Hay algunos autores que plantean que los medios como poder gozan de una legitimidad informacional que es mucho más fuerte que la de los otros poderes. ¿Por qué? Porque mientras que para los otros poderes es legítimo, e incluso está garantizado muchas veces en normativas, que puedan ser controlados por la ciudadanía, para el poder mediático no. Pero esto es común en todos lados, no es un problema nuestro.

Su legitimidad es tal que cualquier intento de observación, de demanda o de crítica puede ser señalado como un acto de censura. Pero por otro lado ellos sí gozan de la capacidad de censurar –por decirlo de alguna manera- al definir la agenda mediática que se transforma en la agenda de todos desde el único criterio, sin explicitación alguna, de la mesa de redacción de un periódico o de la oficina del gerente de información de un canal.

Quisiéramos recuperar esa idea de las limitaciones que pueden tener las críticas o condenas a los medios si no son acompañadas a otras cosas. En ese sentido, fue interesante cómo respondió la señal TN cuando le dijeron que la sigla significaba “TN=Todo Negativo” y el canal respondió con esa campaña de “TN=Todos Nosotros”.

M.C.M.: Hay que entender que tradicionalmente en el imaginario liberal de nuestras sociedades los medios fueron concebidos como el poder que controla al Estado. Y esa idea, insisto, asociada a la figura del “cuarto poder” se mantiene hasta hoy, a pesar de que la historia de los países de América Latina ha mostrado claramente cómo el cuarto poder no ha sido nunca el cuarto poder, siempre ha sido el primer poder, ha estado articulado al poder. Sin embargo, esta idea es una de las que más ha penetrado lo que puede ser el imaginario sobre los medios.

Pero hay que fijarse también cómo esa imagen está mutando, desde esa idea del cuarto poder a esta otra idea –que TN la expresó en el “Todos Nosotros”, pero que Canal 12 ya ahora la empezó a desarrollar también en Córdoba- que es la idea del periodismo ciudadano, entendido aquí como aquel en el que usted nos manda su información. Es idea que están instalando lentamente, acerca de que en realidad uno puede expresarse porque, a través de la tecnología, uno está en condiciones de producir información y los medios son un mero canal. Nuevamente se produce el ocultamiento de intereses y de quiénes deciden, combinado con un libre acceso a informar, pero no a la información. Es interesante el proceso que se está dando en los medios masivos que, si bien no van abandonando totalmente aquella idea del cuarto poder, la van combinando con la idea de que el medio es el canal de expresión de las personas, de la mano del desarrollo tecnológico.

Es interesante, porque contra esa manera de pensar los medios es contra la que se tiene que trabajar, tanto si desde algún tipo de poder quiere denunciar como ellos impiden la construcción de sociedades democráticas y justas, como si también desde algún lugar de no poder uno quiere construir un poder alternativo. En ambos casos uno tiene que entender que esto existe y que esto es hegemónico. Si no pensamos que esto es hegemónico, vamos a equivocar todas las estrategias, las políticas y las culturales.

4 comentarios:

Primo Louis dijo...

Muy bueno! Marita y Liliana son dos personas a las que yo podría pasar horas escuchando por su lucidez. Estas son las cosas desde las cuales se debería estar construyendo política, desde posiciones inteligentes y fundadas que efectivamente desarman los mecanismos discursivos tradicionales.
Sería genial hacer una entrevista tipo videito como el que hicieron el AP a Foster...

Mario Paulela dijo...

Excelente nota! Y qué claridad, caramba!. Muy bueno.
Saludos

Partes de Guerra dijo...

Ellas son a las que nunca van a llevar a los medios para opinar sobre el proyecto. Muy buena entrevista, leandro.

Leila Luna (ex Cosas dichas) dijo...

es a lo que nos tienen acostumbrados Marita y Lili con su lucidez y su capacidad intelectual. Che, Lea ¿puedo citarlo para pegarlo en el blog de debate sobre la ley que armamos con el CECI?
Te paso el site www.lamadredetodaslasbatllas.wordpress.com

Me parece que estas líneas "salen" del discurso cotidiano sobre la ley y pone cierta distancia para entender el juego que están apostando los actores en cuanto a posicionarse en el tema.

Un abrazo

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