¡Que burro que sos!

Verano del 2008, mi viejo está en Mar del Plata tomándose una semanita, River juega la copa de verano y mi viejo (como buen hincha que es) se busca un barcito para ver al equipo que debuta. Se sienta, pide un café, y se pone a ver el partido. Un tipo canoso como de 60 y largos mira desde la mesa de al lado. A los 15 del primer tiempo, como quien no quiere la cosa, el tipo le tira – ese Cabral que compraron es un paquetazo. Mire, yo soy socio de Racing, hincha perro soy, a ese lo vengo viendo de la 6ta, ¡es un perro!, ya va a ver, ya va a ver, usted se va a acordar de mi, cuando lo vea jugar se va a acordar de mi. – dijo el tipo.

Todos los domingos mi viejo se acuerda del canoso, en algún momento del partido larga un – tenía razón el viejo hijo de puta ese.

Ta bueno esto del futbol para todos, ahora me amargo gratis.

Así arrancamos

Demasiada historia tiene este estadio. Glorias tremendas. Mis recuerdos más gratos. Ahí, desde aquel corner, el burrito se la puso, como con la mano, en la cabeza de Crespo, parietal izquierdo y Campeón de América.

Demasiado grande les queda River a esta sartenada de hijos de mil putas.

Hoy parece que cambiamos de semillero. Como a los pibes los metemos en una bolsa y los vendemos como tutuca suelta, ahora buscamos nuevos talentos ¡del campeonato de veteranos!

Ay River. ¿Qué mierda están haciendo de tu grato nombre?

Chau matador

No te das una idea lo feliz que me hiciste, esa alegría que... como explicarlo..., era la alegría de la certeza. Cuando la pelota llegaba a tus pies, la única duda que teníamos era: ¿que ángulo elegirá? Tu figura inmensa se hace inconmensurable al lado de la mediocridad que te precedió.
Eternamente gracias al último goleador que me hizo llorar.

Hoy colgaste los botines en el corazón del pueblo riverplatense